Luz De Isis
Historia
PoF Acto 1
Encender la llama (Prólogo)
​
La capitana Kiel ha solicitado una reunión en Arco del León y ha
mencionado que tenemos "intereses comunes", lo que me confirma
la veracidad de los informes que me han llegado sobre los
refugiados provenientes del Desierto de Cristal. Parece que el
Consejo del Capitán y la Guardia del León están haciendo horas
extra para gestionar la llegada de tanta gente.
Los refugiados comentan que un ejército merodea por la zona, y
eso, junto con la visión que recibí del Ojo de Janthir, me confirma
que Balthazar está detrás. No hace mucho, mi clan y yo
frustramos sus planes para matar a dos dragones ancianos, pero
está claro que va a seguir intentándolo, y ahora va a por
Kralkatorrik. Tengo que ir a Arco del León para hablar de la
situación con Kiel.
​
Tras hablar con Kiel me quedó claro que Balthazar está en el
desierto eloniano librando una guerra contra Kralkatorrik y los
marcados. Mi elección está clara: he de asegurarme de que su
campaña no tenga éxito o toda Tyria sufrirá las consecuencias.
​
​
Encender la llama
​
Kiel me permitió usar su aeronave para llegar cuanto antes al puerto de Amnoon en el desierto. La
travesía fue rápida, pero el viaje tuvo un final más accidentado de los esperado.
​
Tan pronto llegamos al desierto nos recibió el heraldo de Balthazar, una asesina sanguinaria que masacró a
incontables aldeanos para alistar a sus espíritus en el ejército forjado de Balthazar. La hicimos huir, pero
sufrimos bajas.
Una vez resuelto el problema, los aldeanos agradecidos nos dieron monturas de raptor para ayudarnos en
nuestros viajes a través del extenso desierto. Fui cabalgando hasta las puertas de la ciudad portuaria de
Amnoon, donde dos miembros de mi clan, Kasmeer Meade y Rytlock Brimstone, estaban listos y a la
espera.
Kasmeer ha descubierto la verdad sobre la campaña de Balthazar y ha hecho frente a la crisis de fe que
le han provocado las acciones de sus dios. Rytlock, como siempre, no se explayó demasiado respecto a
los motivos que lo trajeron aquí, pero confío en que, si dice que ha venido para ponerse a mis órdenes y
acabar con Balthazar, lo dice en serio.
Por el momento, me vale; pero Rytlock va a tener que revelar pronto ese secreto de guarda.
Un rastro en llamas
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Pregunté por Amnoon y obtuve información valiosa de varias
fuentes: refugiados desplazados por el ejército de forjados de
Balthazar, el líder de un cártel de contrabandistas local que se
llama Zalambur y la concejala jefa de Amnoon, Imann.
Defendí a Zalambur del arconte Iberu, un oficial de alto rango del
ejército de los Despertados del tirano Palawa Joko, y juntos
ayudamos al ayuntamiento de Amnoon a decidir los planes para su
propia defensa.
También he averiguado que la primera cría de Glint, Vlast, ha
estado protegiendo a los inocentes contra los Marcados.
Por último, encontré a Canach en el casino de Zalambur. El
mercenario sylvari dice que apostó una fuerte suma a que yo
sobreviviría a esta empresa, y ha accedido a unirse
temporalmente a nuestro equipo para proteger su inversión.
​
Zalambur me hizo volver a su despacho del casino para hacerme
saber que Balthazar y su ejército de Forjados están ahora mismo
pendiente de Vlast, no de Kralkatorrik. No sabía muy bien por
qué, pero me dirigió hacia los campamentos forjados que hay
cerca del Templo de Kormir, al noreste.
Las respuestas que necesitamos están ahí fuera en el desierto, así
que ordené a mi equipo que se separaran e investigaran, Kasmeer
se dirigió al templo a por información, mientras que Rytlock y
Canach fueron a reconocer el campamento principal de los
Forjados. Lo cual me deja los dos campamentos forjados más
pequeños.
Noche de fuegos
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He investigado los dos campamentos secundarios forjados cerca
de Amnoon y no he descubierto casi nada sobre los planes de
Balthazar, pero si que he destruido varias baterías de artillería
forjada y diezmado las filas forjadas. Al menos Amnoon se librará
durante un tiempo de los ataques de los Forjados, y al menos he
privado al campamento principal forjado de refuerzos... los
cuales van a necesitar, porque iré para allí tan pronto me reúna
con Canach y Rytlock.
​
Canach, Rytlock y yo invadimos el campamento principal forjado
en las proximidades de Amnoon. Balthazar no estaba allí, así que
causamos todo el daño posible y acabamos con varios oficiales
forjados y con un arma viviente blindada. Si no conseguimos
encontrar a Balthazar, seguiremos aniquilando a su ejército y
destrozando su cadena de mando hasta que venga a por nosotros.
​
Mi equipo y yo nos reagrupamos con Kasmeer en el templo de
Kormir, donde una figura misteriosa se nos presentó como Kito,
agente de la Orden de las Sombras. La conversación quedó a
medias porque el heraldo de Balthazar asaltó el templo y empezó
a atacar a adoradores y sacerdotes.
Conseguimos expulsarla, pero ya había hecho mucho daño: las
llamas devoraban el templo y había muchos heridos. Reanimamos
a cuantos pudimos.
Kito afirmó que compartíamos el objetivo común de derrotar a
Balthazar, se ofreció a ayudarnos a seguirle el rastro y
acordamos reunirnos en el puesto avanzado de Makali.
El sacrificio
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Fuimos al puesto avanzado de Makali, donde el ejército forjado
de Balthazar libraba una feroz batalla con Vlast, el vástago de
la dragona de cristal. El agente Kito estaba evacuando a los
aldeanos de la zona de guerra, pero se detuvo un momento para
contarnos que el mismísimo Balthazar estaba cerca e iba a por
Vlast.
Canach y yo seguimos el rastro de Vlast hasta una meseta, pero
antes de que pudiésemos hablar con él nos interceptó el heraldo
de Balthazar. Luchó con encono, pero hicimos que pagase con su
vida las de tantos inocentes a los que masacró en nombre de
Balthazar. Al final, hasta pareció agradecer que su cometido
como esclava homicida de Balthazar llegase a su fin.
Pero subestimamos al propio Balthazar, que nos derrotó con una
devastadora exhibición de su nuevo poder... aunque perdonó a
Rytlock, e incluso llegó a llamarlo "amigo". Yo estaba atontada
en la arena y Balthazar procedió a darme el golpe de gracia,
pero Vlast lo recibió por mí. No se por qué lo haría... ¿Estaría
cansado de luchar? ¿Tendría ganas de morir? ¿Era tal su heroismo
que dio su propia vida a cambio de la de una completa
desconocida? ¿O acaso percibió el vínculo que me une a Aurene y
se sacrificó para salvar a la campeona que eligió su hermana?
Fuese cual fuese el motivo, Vlast murió en mi lugar y la explosión
que provocó su agonía lanzó a Balthazar lejos en un destello de
luz y calor. Cuando volví en mí, Balthazar había desaparecido, el
desierto estaba salpicado de esquirlas de cristal que provenían
del cuerpo de Vlast y en algunas de ellas había mensajes de
Vlast para Aurene.
Pregunté a Rytlock por qué Balthazar le había llamado "amigo" y
Rytlock acabó confesando la verdad: en su búsqueda de la espada
Sohothin en la Niebla encontró y rescató a una figura encadenada.
El prisionero resultó ser Balthazar y, al liberarlo, Rytloch hizo
posible la devastadora campaña de Balthazar contra los dragones
ancianos. Rytlock juró que enmendaría su error, pero antes
tenemos que averiguar más sobre a qué nos enfrentamos. Para
conseguir las respuestas que necesitamos, me dispuse a recoger
más cristales con mensajes de Vlast.
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He reunido más fragmentos del cuerpo destrozado de Vlast en los que se almacenan ideas y recuerdos que
quería transmitirle a Aurene. En su conjunto, estos recuerdos describen un arma de inmenso poder que está
guardada en la guarida de Glint y que Balthazar deseaba tanto como al propio Vlast. Tenemos que
encontrar esa arma y mantenerla lejos del alcance de Balthazar, así que voy a ir a la guarida de Glint
para reagruparme con el resto del clan.
PoF Acto 2
Recuerdos cristalinos
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Me reuní con mi equipo en el cráter marcado que hay cerca de la
guarida de Glint, pero la zona estaba copada por los Forjados.
Acabamos con ellos y descubrimos indicios claros de que
Balthazar ha creado una máquina de guerra que emplea la magia
de los cristales dracónicos. También encontramos restos del
poder de Glint, recuerdos y esencias de cristal dispersos que nos
permitieron abrir un portal a la guarida de la dragona.
​
En la Guarida de Glint encontramos uno de sus recuerdos
almacenados en una esquirla de cristal. Daba pistas sobre el
verdadero propósito del legado de Glint, pero no mencionaba el
arma que describía Vlast. Por suerte, conseguimos encontrar por
nuestra cuenta dicha arma, una lanza de sangre de dragón capaz
de matar a Kralkatorrik. Era el arma que Glint creó y entregó al
Filo del Destino hace años, antes de su primer combate contra el
dragón anciano de cristal en cuyo trágico desenlace fallecieron
Snaff y la propia Glint.
Tras un acalorado debate, decidí destruir la lanza. Aunque acabe
arrepintiéndome de ello, no puedo arriesgarme a que Balthazar
consiga algo que puede desbaratar nuestra misión... o e ldestino
de Tyria.
Seguimos sin tener ni idea respecto a las motivaciones de
Balthazar, y Kasmeer hizo mucho hincapié en que sometamos la
cuestión directamente a los dioses, basándose en que ellos y solo
ellos gozan del poder y el saber que necesitamos para
defendernos. Como primer paso, hemos acordado viajar a la
Tumba de los Reyes Primigenios y usar el portal que hay allí para
acceder a la Niebla. Tenemos la esperanza de encontrar a los
dioses, pedirles que nos cuenten la verdad sobre el regreso de
Balthazar y los motivos tras su campaña contra los dragones
ancianos, y luego solicitar la ayuda de los propios dioses.
Suelo consagrado
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Entramos en la Tumba de los Reyes Primigenios, pero sus
defensores fantasmales presentaron una porfiada resistencia.
Airados por una profanación reciente, los espíritus de los
monarcas elonianos de antaño nos trataron como a vulgares
ladrones y tuvimos que abrirnos paso a sangre y fuego a través de
las tumbas, hasta que conseguimos convencer a los gobernantes
fallecidos hace tiempo de que nos permitiesen cruzar a la Niebla.
Ahora que tenemos paso franco hasta los dioses, es hora
encontrarlos y obtener las respuestas que tant odeseamos.
Afrontando la verdad
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Cruzamos el portal de la Tumba de Reyes Primigenios, pero nos
separamos y fuimos a dar a un lugar extraño y desolado. Tras
buscar un poco por la zona, conseguí reunirme con los demás y
descubrimos una misteriosa prueba que había quedado enterrada
por una tormenta e arena.
​
Kasmeer dijo que la prueba era un desafío de los dioses, y tenía
razón, porque al superarla se abrió ante nosotros un portal que
llevaba...¿tal vez a los dioses?
​
Atravesamos el portal y fuimos a dar a una biblioteca distinta a
cualquier otra que haya visto jamás. Llegamos con la esperanza
de ver a los dioses, pero Kormir, patrona de la verdad, fue la
única deidad que encontramos. Nos dio audiencia en su sagrario y
respondió a algunas de nuestras preguntas, pero resultó ser una
difícil de aceptar.
Kormir nos contó que los dioses habían abandonado Tyria por
completo para evitar una batalla apocalíptica contra los
dragones ancianos que habría destruido el mundo que intentaban
proteger. Según Kormir, Balthazar se negó a aceptar esta
decisión y llegó a amenazar a los demás dioses para que no
siguiesen adelante con su plan.
Como respuesta, los otros cinco dioses privaron a Balthazar de su
poder y lo dejaron encadenado en la Niebla, donde permaneció
hasta que Rytlock lo liberó sin saberlo. Una vez excarcelado,
Balthazar se dispuso a recuperar el poder que había perdido, a
derrotar a los dragones ancianos y apoderarse de su magia, para
luego vengarse de los otros dioses por apresarlo.
Kormir terminó diciendo que los demás dioses se habían ido hacía
tiempo y que ella estaba a punto de seguirlos, por lo que ni
podrían ni querrían ayudarnos contra Balthazar. Saber que los
dioses habían abandonado Tyria fue doloroso, sobre todo para
Kasmeer; pero acabó aceptando que, como subrayó Kormir, el
tiempo de rezar había terminado. Ahora el mundo nos pertenece
a los mortales y es nuestra responsabilidad defenderlo.
Antes de marcharse en pos de los demás dioses, Kormir nos dio
una única orientación en nuestra lucha contra Balthazar: que
buscásemos respuestas en el desierto. No es una gran pista, pero
le he dicho al equipo que se divida para buscar: Kasmeer irá al
norte, Canach y Rytlock hablarán con los contactos que Canach
tiene en la Orden de las Sombras y yo me dirigiré al sur para
peinar la Ribera. Nosotros tenemos que resolver el problema de
Balthazar y, aunque saber que hay una solución no es tan bueno
como conocer la propia solución, al menos es un comienzo.
El camino hacia adelante
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Tras mucho ir y venir encontré una pista prometedora que
llevaría a las respuestas que Kormir nos dijo que existían: Kesho,
una ciudad construida por los Olvidados, que a su vez estaban
vinculados tanto a Glint como a los dioses. En Kesho bien podría
hallarse el saber que necesitamos para plantar cara a Balthazar.
La cubrieron las arenas del desierto hace mucho tiempo, por lo
que los lugareños la consideran una ciudad perdida, apenas una
leyenda; pero he conseguido localizar su ubicación en los
mortales páramos sulfúreos. Tendré que ir montada en mantarraya
para llegar de una pieza a Kesho, pero al menos dispongo de un
destino concreto al que ir a explorar.
​
Fui a la ciudad perdida de Kesho y, con la ayuda a distancia de
Taimi. averigüé cuanto pude. Encontramos a un exaltado
traumatizado que se llamaba Sadizi y también unos cuantos
híbridos de forjado y exaltado. Sadizi nos contó que los híbridos
fueron creados por Balthazar y Palawa Joko, el tirano
desaparecido de la región desértica. Juntos, ambos villanos
robaron el ritual de los Olvidados para crear exaltados y lo
emplearon para atrapar espíritus en armaduras y así crear los
forjados de Balthazar.
También descubrimos más detalles sobre el verdadero propósito
del legado de Glint: se trata de mantener el equilibrio mágico de
Tyria cambiando a los dragones ancianos por entes igual de
poderosos pero menos peligrosos. Y averiguamos por qué
Balthazar estaba dando caza a Vlast: la sangre de Kralkatorrik,
tanto de forma literal como metafórica, es lo único a lo que es
vulnerable, por lo que Vlast, Glint y la lanza de sangre de dragón
eran posibles armas contra Kralkatorrik... igual que Aurene. Solo
es cuestión de tiempo que Balthazar vuelva a Tarir para
capturarla, así que he avisado a mis compañeros de clan y les he
dicho que se reúnan conmigo en Maguuma para proteger a la
últimade los vástagos del dragón de cristal.
PoF Acto 3
La Marcha
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Balthazar me mató. Atacó cuando iba de camino a reunirme con
mi equipo, me dominó y me mantuvo al borde de la muerte hasta
que Aurene respondió. Cuando fue consciente del peligro en que
me hallaba a través de nuestro vínculo, vino a protegerme... y el
dios renegado la capturó de inmediato. Una vez logrado su
objetivo, yo ya no le servía de nada a Balthazar, así que puso
fin a mi vida.
Desperté en el Dominio de los Perdidos, una especie de apeadero
para los espíritus perdidos que todavía no han encontrado el
camino al Inframundo o su recompensa final. No recordaba quién
era y luché para recuperar mi nombre y propósito, y al final me
gané la oportunidad de regresar al mundo de los vivos. Por el
camino me encontré con el mismísimo Palawa Joko, a quien
Balthazar traicionó y apresó en aquel lugar una vez hubo
cumplido con su cometido. El rey Joko intentó convencerme y
amenazarme para que le liberase, pero lo dejé como estaba...
aunque acepté su consejo de utilizar su ejército de Despertados
contra Balthazar. Cuando volví a la vida y me reuní con mi
equipo, que estaba estupefacto, como era de esperar, nos
dispusimos a conseguir el apoyo de las hordas momificadas de
Joko.
Porque Balthazar tiene a Aurene y quiere usarla para matar a
Kralkatorrik, pero yo he vuelto del abismo para evitarlo.
Enemigo de mi enemigo
​
Para liderar a las tropas de Joko he de asumir una posición de
autoridad en su ejército. Tengo un plan para conseguirlo, pero me
va a hacer falta información de dentro. Voy a hablar con el
agente Kito de la Orden de las Sombras.
​
Me reuní con el agente Kito de la Orden de las Sombras y le
planteé mi plan: el arconte Iberu, el oficial del Creciente
Acerado al que conocí en Amnoon, tiene rango suficiente para
liderar los ejércitos de Joko en lugar del monarca. Kito y yo
estamos de acuerdo: si consigo hacer salir a Iberu y matarlo,
puedo hacerme pasar por él con seguridad y lanzar a los
Despertados de Joko contra los Forjados de Balthazar.
​
Llevé a cabo el plan para atraer al arconte Iberu a mi trampa
fingiendo un levantamiento de los Lanceros del Sol. Tras arrasar
unos cuantos campamentos de los Despertados y plantar
estandartes de los Lanceros del Sol como desafío a la tiranía de
Joko, estoy segura de que Iberu vendrá enseguida.
​
​
Enemigo de mi enemigo
​
La trampa funcionó y el arconte Iberu vino a investigar el presunto "alzamiento de los Lanceros del Sol"
que urdí. No se alegró de vernos, ni de que le hubiésemos engañado, y atacó con furia. Lo derrotamos, y
luego Kas nos ocultó con una ilusión para que tuviésemos el aspecto de Iberu y su séquito de despertados.
Nos infiltramos en el Palacio de Huesos y allí me encontré con el gran visir Utumishi, un asqueroso
sicofante que intenta que el reino de Joko siga adelante en ausencia del tirano, y al mariscal de las
Sierpes Ekolo, uno de los líderes curtidos en batalla de Joko.
Ekolo estaba ansioso por lanzarse contra Balthazar y, haciéndome pasar por Iberu, avasallé y amenacé a
Utumishi hasta que me reveló dónde estaban otros dos mariscales de campo despertados. Luego me reuní
con mi equipo y les dije que se dividiesen para averiguar más sobre nuestros objetivos antes de
reclutarlos.
​
Encontré al mariscal de las Tropas Ogun en su campamento. Estaba dispuesto a seguirme a la batalla,
pero sus nuevas tropas despertadas no estaban preparadas para el combate y no podían abandonar sus
posiciones, pues temía que desde la base forjada cercana atacasen y cortasen las líneas de suministros que
había ordenado defender.
Acepté hacerle el trabajo sucio y asalté la base con un pequeño escuadrón de soldados despertados.
Encontramos y destruimos el portal que Balthazar estaba empleando para enviar refuerzos forjados. Una
vez terminada la misión, Ogun aceptó poner a su soldados a mis órdenes en el ataque contra Balthazar.
Desplegará sus tropas a las afueras de Kodash y esperará a mi señal.
​
Me dirigí a la Necrópolis para reunirme con la siguiente recluta despertada: la mariscal de las Bestias
Oluwa Eranko, una comandante tozuda pero orgullosa de la unidad de caballería bestial de Joko. No
estaba dispuesta a darme el mando de sus soldados si no exhibía mi pericia como jinete, así que monté y
jugué un rato a las persecuciones para demostrarle de lo que soy capaz y que estar bajo mi mando no
supondrá una merma para la impecable reputación de su unidad.
Ya tengo un ejército. Es hora de acabar con un dios.
Bestia de guerra
​
Predispuse para la batalla a mis compañeros de clan y a las
tropas despertadas a mi mando a las afueras del Bazar de
Kodash. Kasmeer ya había superado por completo su reticencia a
enfrentarse a Balthazar, pues las acciones del dios habían
aniquilado cualquier resto de devoción que pudiese quedan en
ella... justo cuando más falta hacía. Balthazar apareció a lomos
de una enorme monstruosidad mecánica a la que llamaba su bestia
de guerra, un aterrador híbrido de criatura viviente y máquina de
asedio blindado. Era lo que Balthazar y los Forjados estaban
construyendo en la guarida de Glint, una pieza de artillería que
pudiese contener y transportar a Aurene para usarla como arma
para matar a Kralkatorrik. Con Aurene indefensa dentro de la
bestia de guerra, Balthazar lanzó a su creación contra
Kralkatorrik.
Por suerte, Rytlock consideró que nuestra misión conjunta era lo
primero y me prestó su espada, Sohothin, bajo la premisa de que
daría una ventaja decisiva que Balthazar no seesperaría.
​
Rytlock tenía razón, pero, incluso con Sohothin, me hicieron falta
todas mis habilidades de monta y combate para alcanzar y
derrotar a la bestia de guerra; por desgracia, ya había
empezado a luchar con Kralkatorrik, y consiguió infligir graves
daños al dragón ancianos antes de que pudiese destruirla.
Con todo, Balthazar no se rindió: por mucho que le sorprendiese
mi vuelta a la vida, o Sohothin, o que derrotase a su bestia de
guerra, se mantuvo firme y no permitió que nada lo distrajese de
su objetivo. Tomó a Aurene y declaró que la utilizaría para
terminar lo que había empezado la bestia de guerra: matar al
dragón anciano Kralkatorrik.
Para matar a un dios
​
Con un Krakkatorrik foribundo y herido sobrevolándome y Aurene
apoyándome me dispuse a librar el combate final contra
Balnthazar. Fue brutal pero, con Sohothin en mis manos y Aurene a
mi lado, conseguí vencer. El dios del fuego y de la guerra ha
muerto.
No obstante, incluso muerto, Balthazar ha conseguido alterar el
equilibrio del mundo: al parecer, toda la magia que había
acumulado surgió de su cadáver y la absorbieron de inmediato
Kralkatorrik y Aurene. Cuando amainó la tormenta mágica, tanto
el dragón anciano de cristal como su vástago habían
desaparecido.
Así pues, esta victoria nos deja terrible semilla de nuestro
próximo reto: ¿Cómo nos enfrentaremos a dos dragones
impredecibles y peligrosamente poderosos que acaban de
atiborrarse con la magia de Balthazar?
Todavía no tengo respuestas, pero mi equipo y yo vamos a
reagruparnos en Amnoon para decidir cuál será nuestro próximo
movimiento.
Pequeña victoria (Epílogo)
​
Al llegar a Amnoon, me sorprendió gratamente la llegada de
Marjory y Taimi. Pero no hubo mucho tiempo para ponernos al
día, ya que el consejo de Amnoon me invitó a ayudar a la ciudad
a celebrar la derrota de Balthazar y la restauración de la paz en
la región del desierto.
era una situación incómoda, ya que la muerte de Balthazar
reforzó tanto a Kralkatorrik como a Aurene, y nadie sabe qué
hará a continuación cualquiera de los potenciados dragones.
Amnoon y toda la zona desértica siguen corriendo un gran peligro,
así que cuando la concejala jefa Imann me pidió que diera un
discurso para conmemorar la ocasión, tuve que tomar difíciles
decisiones sobre qué decir y qué no.
Tras mi discurso, hablé con Rytlock, Canach y Kasmeer sobre
nuestros planes. Lo único que sabemos a ciencia cierta es que
debemos encontrar a Aurene, y a Kralkatorrik, y echar mano de
lo aprendido acerca de los dragones ancianos y el legado de Glint
para restaurar la magia en el mundo antes de que una nueva crisis
se convierta en una auténtica catástrofe.
Aunque quizá sea ya tarde: mientras hablábamos, los cielos se
oscurecieron y el suelo tembló, y el mismísimo Krakkatorrik
apareció en el horizonte, marcándolo todo a su paso en su
tránsito por el desierto.
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